martes, 27 de mayo de 2008

DIA DEL SEÑOR EN FIÑANA


"Poesia de mi prima Carmela al Corpus de Fiñana"

Hay tres jueves en el año,
que lucen más que el sol:
Jueves Santo, Corpus Cristi
y el dia de la Ascensión.

Los dos últimos eran fiesta,
en medio de la semana
desde hace algunos años
estos dias han cambiado,
los han pasado al domingo
para poder celebrarlos.

Aún quedan algunos sitios
donde hoy los celebramos:
en Sevilla, en Granada
y en mi pueblo que es FIÑANA

Estos dias en mi pueblo
hay un olor especial
a hierbabuena, a incieso
y petalos de rosa
cuando el Señor va a pasar.

Las calles engalanadas, de paraiso y alamo,
donde cortan sus ramas,
y las colchas más bonitas
adornan balcones y ventanas.

También hacen altares,
se hacen con ilusión
cada cual más bonito
y la Custodia bajo balio
va descansando en procesión.

Unos representan un horno,
donde se cuece el pan,
otros los panes en la mesa,
donde el pan cocido está.

Las uvas, las espigas y el vino,
con el sudor de los hombres
en otros también están.

Escribo esto como lo he vivido
ya que hace muchos años
que en el pueblo ese dia no he ido.

Era el dia de mi madre,
y allí a todos nos juntaba,
ahora todo es distinto
me faltan los seres queridos:
mi madre, mi padre y también mi marido.
Aunque ellos estan conmigo
porque yo nunca los olvido.



El jueves pasado fue el "Dia del Señor" en Fiñana, un jueves muy especial, no sólo por ser fiesta local, sino por los muchos recuerdos que a lo largo de los años se van acumulando cuando llega ese dia.


Ya el dia anterior por la tarde algo parece que va cambiando en Fiñana, movimiento de gente en busca de ramas para decorar las calles, ruidos especiales que avisan que por allí se está haciendo un altar y que anticipan la gran eclosión de color, calor y olor con que se despierta esa mañana, olores que te trasladan a la niñez, cuando parece que lo vemos todo con más asombro, el del incieso en la procesión, el paraiso en fachadas. Ese dia parece que el olor a azucena te embriaga de una manera especial, no sólo en la iglesia, sino en la calle.


Todo está pensado para disfrutarlo en un periodo corto de tiempo, arquitecturas efimeras como la vida, en las que sólo queda el recuerdo, pero que recuerdos tan agradables que a pesar de los años, se graban en tu memoria y viajan contigo, siempre diferentes pero con la misma esencia de siempre.

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